En lo que quedará grabado como una jornada histórica para el fútbol africano, la selección de Marruecos Sub-20 se coronó campeona del Mundial Sub-20 2025 al derrotar por 2-0 a la poderosa Argentina en la final disputada en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos de Santiago de Chile. Los marroquíes, que llegaban por primera vez a esta instancia decisiva, mostraron temple, organización y ambición para superar al conjunto argentino, seis veces campeón en esta categoría y gran favorito al inicio del partido.
El encuentro arrancó de manera vertiginosa para Marruecos, cuando su joven promesa Yassir Zabiri se encargó de romper el hielo con un exquisito tiro libre al minuto 12, que desató la euforia entre los aficionados africanos y llenó de confianza a su equipo. Apenas quince minutos después, el mismo Zabiri volvió a hacerse presente al capitalizar una acción ofensiva dentro del área y marcar el segundo gol, que resultaría definitivo para sellar la victoria y el título mundial.
Argentina, dirigida por Diego Placente, había llegado al duelo final con una campaña impecable y la ambición de sumar un séptimo título en su palmarés juvenil, pero el guion no le favoreció. A pesar de dominar la posesión del balón durante gran parte del encuentro, la Albiceleste no logró transformar ese control en profundidad ni encontrar espacios claros para vulnerar la defensa marroquí. Las oportunidades que generó fueron escasas y la precisión no acompañó, mientras que Marruecos defendió con firmeza sin renunciar a su estilo ofensivo.
Con este triunfo, Marruecos no solo celebra su primer título mundial en la categoría Sub-20, sino que además se convierte en la primera nación árabe —y una de las pocas africanas— en levantar este trofeo, lo que engrandece aún más la hazaña. Las calles de Rabat, Casablanca y otras ciudades del país se llenaron de banderas, cánticos y festejos, reflejando el orgullo de un logro que trasciende lo deportivo y se convierte en símbolo de unión nacional.
La final, que contó con más de 43 mil espectadores, fue el cierre de un campeonato celebrado del 27 de septiembre al 19 de octubre en Chile, con escenarios en Santiago, Valparaíso, Talca y Rancagua. Argentina se quedó con la sensación amarga de haber rozado la gloria, mientras Marruecos escribió una nueva página dorada en la historia del fútbol juvenil, marcando un cambio de paradigma y demostrando que el talento africano está más vigente que nunca.