Me he puesto a pensar en la lealtad de los que aspiran a un cambio social, comprometidos con el pensamiento del Socialismo del Siglo XXI, que inculcó el difunto Hugo Chávez en sus mentes, y quien, de su proyecto como eslogan decía: “Patria, Socialismo o Muerte”.
No hay duda, que el hombre era astuto, habilidoso, y muy inteligente; porque, cuando cumplía lo cincuenta y siete, que por un cáncer agresivo, veía como con el garabato, la “rabona” le coqueteaba de frente; entonces decidió hacer un cambio en la frase, pensando en evitar, que el poder de la palabra, se le pudiera revertir y tomarlo a él mismo, para su propia vida arrebatar; pero al final, su mal no pudo superar.
Ese grito de combate que tanto expresó, y que en los membretes de una empresa venezolana donde yo trabajaba, ya se había registrado, entonces por otro fue cambiado.
Pensando en algo, que lo llevara directo a la gloria, entonces decidió que, mejor como expresión se gritara la cosigna: ” Patria, Socialismo y Victoria”.
Pero este pensamiento al final consignado, posiblemente fue ajustado, en función de la visión del sistema por él soñado, más no en el pensamiento de cada uno de sus soldados, que con el anterior eslogan, quedaron con la conciencia de por vida empeñados, por lo que se dice que, muchos de los desertados, hasta con la muerte han pagado.
Tal vez por eso es la terquedad, de quienes, aún arrepentidos de todos los errores y horrores cometidos, de esa vida en condición fratricida no se pueden apartar.
Es que, como en el mundo de la mafia, un elemento que abandona el proyecto, es un chivo potencial, que mucho pudiera denunciar, luego es mejor mantenerlo con prevendas, mientras pueda colaborar, con la amenaza, de que si por traición o deserción llegare a fallar, con su vida, o con la que de quien más quiera, lo podría pagar.
Quién sabe cuántos hermanos, estarán sufriendo semejante dilema, viviendo la obediencia de un sistema, que tal vez, realmente, tampoco quisieran ver en nuestro país implantar.
Eso pienso, cuando veo también a unos niños armados, que a la fuerza arrancaron de sus hogares, para pelear y morir, por una causa incomprendida, en inhóspitos lugares.
¿Será Petro, uno de esos arrepentidos; que con su proyecto de “Colombia humana”, se atreva a incumplir, el principio chavista de “Patria, Socialismo o muerte”, o como buen jugador con su eslogan, de más bien “potenciar la vida”, lo tire a la suerte?.
La verdad es que, pensarlo es jodido, porque todo pareciera, que a estos nuevos líderes socialistas que Dios ha creado, aparentan ser buenos hermanos, pero que, como por afinidad ideológica, para otros fines indeseados, el diablo los ha juntado.
No puedo entender, cómo en nombre de los derechos humanos, se adjudican el poder, de decidir, a quiénes pueden dejar vivir, y a quienes terminar de joder.
Veo la política moderna como un ajedrez, dónde los pobres siguen siendo los peones, que en primera linea los poderosos deciden poner, para en nombre de su ley, alguna abeja reina proteger, o para que el mismo, u otro con las mismas, sigan siendo el rey.
Por José R.Múnera N