Llegó y se fue la navidad, o más bien la natividad, porque realmente es la fecha en la que el niño Dios nace cada año, desde hace veinte siglos atrás, y seguramente por siempre nacerá.
En las navidades son célebres otros personajes, con los que se adornan los pesebres y paisajes, donde el niño Dios se adorará, entre los que se encuentran unos claves, que son los que los regalos traerán.
El verdadero papá; y en muchos casos la mamá, es quien generalmente ha sido el proveedor para cada necesidad en el hogar, y que en éstas celebraciones no puede fallar, pero endosándole a otro papá, los detalles que sus beneficiados, solo a él le reconocerán y agradecerán.
Pero tarde o temprano , los niños más grandes sabrán que, ese Papá Noel tan esperado, no es el que de pequeños se habían imaginado.
Realmente confirmarán que , no es Santa Claus, tampoco San Nicolás, ni mucho menos con el “papanicolaou” lo confundirán, si, ese que eventualmente verifica las condiciones de la puerta por donde el niño saldrá, para enfrentarse al mundo inmundo, donde unos lo amarán y otros lo condenarán.
El verdadero papá, es aquel responsable que tanto se ha jodido, y sacrificado, para que a sus hijos durante todo el año nada les haya faltado; que ahora tal vez se encuentra sin trabajo, y por la inflación agobiado; y que alguna vaina tiene que hacer, para no dejar a los suyos desilusionados.
Pero es que también, el que tiene trabajo mal remunerado, y que su patrón alguna prima o bono de navidad le habrá entregado, esto tal vez quedará en manos de algún ageotista, que antes el dinero le ha prestado, para completar la comida y los servicios públicos que lo han mantenido axfisiado.
En estos días de Navidad, tampoco se debe desconecer y dejar de agradecer a fundaciones e instituciones filantrópicas que a los niños pobres, con regalos desean sorprender.
Aunque si son a nombre del gobierno, como decía mi madre ” de los mismos cueros salen las correas”, que con onerosos impuestos no le permiten al verdadero papá, los regalos deseados escoger.
Muchos de éstos padres que ya no pueden hacer convenios domiciliarios con Papá Noel, porque el tiempo ni el dinero les ha alcanzado, entonces tienen que aplazar los regalos, para que por los Reyes Magos fungiendo como Servientrega, el seis de enero, sean entregados.
Con los Reyes Magos la vaina es diferente, porque ellos llevan además a sus destinatarios pacientes; regalos que en el camino han encontrado abandonados por niños que no los han apreciado, y también otros de adultos que, tampoco los valoraron, por el placer de estar embriagados.
Entre los regalos que los Reyes Magos llevarán, porque descuidados encontrarán, o se tumbarán; habrán botellas de whisky, que cuidadosamente asegurarán.
Se cuenta que alguna vez, después de un largo recorrido, en que los regalos fueron entregados; los reyes domiciliarios quedaron tirados en una esquina muy cansados, y sobre sus camellos recostados.
Cuando los reyes magos, que por unos pastores con ruido y panderetas fueron despertados, notaron que sus coronas, y camellos les habían robado; menos la mochila como la de mi amigo Joaco Rojano, donde Melchor celosamente tres botellas de whisky había asegurado.
Por la algarabía que con música el escenario había animado, a Baltasar se le ocurrió organizar un bazar, cuando Gaspar le dijo que no tenían plata para gastar; entonces Melchor, que se había quedado en short por el intenso calor, cantando alegremente se puso a invitar:” Vamos pastores, vamos, vamos a beber”, … porque ha empezado el carnaval.
Cuando los padres se enteraron, creyendo que sus envíos a sus destinos no habían llegado, a los reyes magos fueron a buscar; y se contagiaron con la alegría que encontraron, en aquel lugar, y se decidieron disfrazar.
Por sus gracias y musarañas recogieron dinero de propinas, con el que hicieron sancocho de gallinas y compraron harinas.
Se acabó el whisky sabrosón, pero consiguieron buen ron, y con sus mujeres se pusieron a bailar, y sus penas disipar.
Así son los verdaderos “papanoeles” de nuestro mundo historial.
Realmente los reyes magos llevaban la misión de verificar el nacimiento de Jesús, que luego al Rey Herodes debían confirmar al regresar; pero se entusiasmaron con las cosas del precarnaval y lo dejaron plantado, como un bobo inocente, quien para asegurar su reinado, a todos los niños menores de dos años había mandado a matar.
Por lo anterior, el 28 de diciembre, como “dia de los inocentes”, también se acostumbra a celebrar.
Pero Herodes quedó “mamando”, porque los reyes magos se solidarizaron con la familia de Jesús y le recomendaron que huyeran a otro reconocido lugar, para poder al niño salvar; y que pronto nuevamente allí se volverían a encontrar, en una lectura de bando, para coordinar un plan con un tal Joselito Carnaval, que con una Reina y otro Rey Momo, las cosas pueden mejorar.
Por
José R. Múnera N.
