Las madres comunitarias iniciaron un cese de actividades en todo el país desde el pasado martes como consecuencia del retraso en el pago de sus honorarios. En el Atlántico, con pancartas, banderas y otros elementos en la sede regional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), llamaron la atención de los directivos de la entidad para que se resuelva esta problemática.
Estas mujeres, quienes desempeñan un papel fundamental en la atención y cuidado de niños y niñas en situación de vulnerabilidad, han visto afectada su estabilidad económica debido al retraso en los pagos por parte del ICBF. Ante esta situación, decidieron alzar su voz y exigir respuestas.
Lizeth Bula, líder del gremio, explicó que, a pesar de las múltiples gestiones realizadas en los canales apropiados no han recibido una respuesta satisfactoria que les garantice la pronta regularización de los pagos adeudados.
Manifestó que “ya vamos para casi dos meses que no nos pagan y nosotras sobrevivimos con un salario mínimo, somos madres solteras y tenemos compromisos que ya tienen mora”.
Dijo además que “estamos sin seguridad social y lo más grave es que los niños también están sin la póliza de seguro. Un riesgo para nosotros si un niño se llega a accidentar”.
La madre comunitaria indicó que la suspensión de los servicios continuará hasta que no se les paguen sus servicios. “No nos han pagado diciendo que nos van a vincular como trabajadoras, pero esa es una promesa de hace muchos años que no se concreta”, indicó.
Lizeth Bula también indicó que ellas son contratadas por operarios, que les fija contratos de prestación de servicios de dos y tres meses.
También denunció que ha bajado la calidad de los alimentos de los niños que les entregan los operadores semanalmente y que no cuentan con seguridad social ni están afiliadas a las cajas de compensación.


