Néiser Villarreal fue una de las grandes figuras de la Selección Colombia Sub-20 en el Mundial, donde dejó su huella con cinco goles y una asistencia en 463 minutos jugados. Su rendimiento fue determinante para que el combinado nacional alcanzara una destacada participación en el certamen, demostrando eficacia, liderazgo y un instinto goleador que lo consolidó como uno de los delanteros más sobresalientes del torneo.
Sin embargo, a pesar de su notable desempeño, el delantero colombiano no logró quedarse con la Bota de Oro. El reconocimiento al máximo goleador fue para el estadounidense Benjamín Cremaschi, quien también convirtió cinco tantos, pero registró un mayor número de asistencias, lo que le permitió quedarse con el premio gracias a los criterios de desempate establecidos por la FIFA.
Según el reglamento del ente rector del fútbol mundial, en caso de igualdad en el número de goles, el jugador con más asistencias obtiene la ventaja. Si persiste el empate en ese aspecto, el desempate se define por el futbolista que haya disputado menos minutos a lo largo del torneo, buscando premiar la mayor eficiencia dentro del campo de juego.
Así, aunque los números finales no le permitieron a Villarreal quedarse con la distinción individual, su actuación fue clave para el buen desempeño de Colombia en el Mundial Sub-20. Su aporte ofensivo, regularidad y protagonismo lo convirtieron en una de las revelaciones del campeonato, dejando claro que su nombre seguirá sonando en el futuro del fútbol colombiano.