El mundo católico se prepara para despedir a una de las figuras más influyentes y queridas del siglo XXI. El Papa Francisco, fallecido recientemente, será homenajeado con un funeral que, fiel a su estilo, se alejará del esplendor tradicional para abrazar la sencillez y el mensaje espiritual. Tal como lo dejó establecido en vida, el pontífice quiso que su última despedida reflejara no el poder, sino el servicio, la fe y la cercanía con el pueblo.
Su funeral se celebrará en la Plaza de San Pedro, dentro de un margen de cuatro a seis días, aunque la fecha definitiva será anunciada próximamente por los cardenales reunidos en Roma. La ceremonia contará con la presencia de líderes mundiales, fieles y peregrinos que llegarán de todos los rincones del planeta. Según informó el diario ABC, este margen de días responde al protocolo vaticano que permite organizar con cuidado todos los detalles del acto fúnebre.
Una de las decisiones más simbólicas que tomó Francisco fue renunciar a ser sepultado en la cripta vaticana, como era tradición entre sus predecesores. En su lugar, pidió descansar en una capilla lateral de la Basílica de Santa María la Mayor, donde se encuentra el icono de la ‘Salus Populi Romani’, una imagen mariana a la que tuvo profunda devoción durante todo su papado. Su tumba, que fue preparada desde julio de 2023, llevará simplemente la inscripción «Francisco» junto a las fechas de su pontificado.
En abril de 2024, el propio pontífice revisó y aprobó los detalles de sus exequias. Su voluntad fue clara: simplificar un rito vigente desde los años setenta. “El Papa Francisco pidió simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma expresara mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado, y para que el rito subraye aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de un poderoso hombre de este mundo”, explicó el arzobispo Diego Ravelli, encargado de las ceremonias litúrgicas.
Una de las modificaciones más llamativas fue la eliminación del tradicional triple ataúd. En lugar del habitual féretro de ciprés, plomo y roble, Francisco será enterrado en un ataúd más sencillo, fabricado en madera y zinc. También rechazó la costumbre de ser expuesto en un catafalco dentro de la basílica: “Que se haga uno solo y con el papa ya en el ataúd, como en todas las familias”, expresó en el libro entrevista El Sucesor. Tal como informó Diarioadn, este gesto refleja la coherencia entre su vida y sus decisiones finales.
Incluso poco antes de su fallecimiento, el Papa expresó su incomodidad con el protocolo vigente. “En mi opinión, el ritual actual estaba demasiado recargado”, señaló en una entrevista, reafirmando su deseo de dejar atrás los excesos y poner en el centro la fe, no la figura del pontífice.
Francisco, el Papa que vivió con humildad y predicó con el ejemplo, también quiso irse en silencio, sin honores desmedidos ni lujos simbólicos. Su despedida, lejos de ser grandilocuente, será un último testimonio de su visión pastoral: una Iglesia al servicio del prójimo, guiada por la esperanza en Cristo resucitado.