Pocos minutos después de confirmarse el fallecimiento del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, su hermana, la exviceministra de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, María Carolina Hoyos, compartió un extenso y profundo mensaje en el que expresó el dolor de su partida y el amor que lo unió a su familia.
Comenzó recordando a Miguel como un “guerrero” y reconociendo que, aunque no encontraba explicaciones para lo ocurrido, asumía este nuevo dolor con fe. “Miguel Guerrero, esta fue la voluntad de Dios. No encuentro explicaciones, pero no me queda más que asumir este nuevo dolor con fe”, escribió. Añadió que estaba segura de que su madre, fallecida años atrás, lo recibía “con los brazos abiertos”, y evocó también a su abuela, a quien describió como “nuestra mamá de la vida”, esperando con ternura infinita.
Con el corazón roto, la exviceministra reveló que jamás imaginó tener que despedir a su hermano, pues pensaba que sería él quien la despediría a ella. “Pensé que tú me despedirías a mí, era lo lógico”, expresó antes de dedicarle una frase que resume el sentimiento de su familia: “¡Vuela alto, Miguel de mi corazón, y descansa en paz!”.
María Carolina también tuvo palabras de gratitud para el personal médico que acompañó a su hermano en su lucha por la vida, así como para quienes oraron y mostraron solidaridad durante las últimas semanas. “Gracias a todos los médicos y enfermeras. Gracias a quienes oraron con fe, a quienes nos acompañaron con solidaridad y amor. Gracias a nuestra familia por permanecer unida en medio del dolor”, afirmó.
En otro momento de su mensaje, elevó sus oraciones por el consuelo de todos los que amaron a Miguel, mencionando especialmente a su hijo Alejandro, a María Claudia —a quien calificó como ejemplo de fortaleza— y a sus padres, Miguel y Delia, “verdaderos ejemplos en todo el sentido de la palabra”.
El mensaje concluyó con una plegaria dirigida a Dios para tener fuerzas para seguir adelante y con un encargo especial para su hermano: “Migue, hazme un favor: dile a mi mamá que la amo… Me consuela saber que ahora están ustedes dos juntitos”. Conmovida, aseguró que espera ganarse los méritos para reencontrarse con ellos en el cielo: “Mi niño hermoso, te adoro. ¡Hasta luego, a Dios!”.