Cada año, durante la Semana Santa, el Jueves Santo marca el inicio del Triduo Pascual, un período sagrado para los cristianos que conmemora los momentos más importantes de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Este día, celebrado principalmente por la Iglesia católica y otras confesiones cristianas, recuerda la Última Cena que Jesús compartió con sus discípulos, donde instituyó la Eucaristía y el sacramento del sacerdocio.
El origen del Jueves Santo se encuentra en los relatos bíblicos del Nuevo Testamento, específicamente en los Evangelios, donde se narra cómo Jesús, sabiendo que su hora se acercaba, compartió un pan y una copa de vino con sus discípulos, en señal de su cuerpo y su sangre. Además, en un gesto de humildad y servicio, lavó los pies de sus apóstoles, enseñándoles que el verdadero liderazgo está en servir a los demás.
Las iglesias católicas conmemoran esta fecha con una misa especial llamada “Misa de la Cena del Señor”, que suele celebrarse en la tarde o al anochecer. Durante esta liturgia se realiza el tradicional lavatorio de pies, en el que el sacerdote lava los pies a doce personas, simbolizando lo hecho por Jesús. También se realiza la consagración del pan y el vino, que serán reservados para el Viernes Santo, cuando no se celebra misa.
Otro momento significativo de este día es la llamada “adoración al Santísimo Sacramento”. Después de la misa, el altar queda desnudo y el cuerpo de Cristo se traslada a un lugar especial llamado “monumento”, donde los fieles pueden acompañarlo en oración, recordando la agonía que vivió en el huerto de Getsemaní antes de ser arrestado.
En muchos países de tradición católica, como Colombia, es común que las personas visiten siete iglesias durante la noche del Jueves Santo, rememorando el recorrido que hizo Jesús desde su arresto hasta su crucifixión. Esta práctica, conocida como las “Siete Visitas”, combina la devoción con una experiencia de recogimiento espiritual.
El Jueves Santo no solo es una fecha para asistir a ritos religiosos, sino también una invitación a reflexionar sobre el amor, el servicio y el sacrificio. Más allá de las tradiciones, este día sigue siendo una oportunidad para que los creyentes profundicen en el significado de la fe cristiana y se reconecten con los valores que Jesús enseñó a través de sus acciones.