El caso de los intoxicados por licor adulterado en Barranquilla sigue generando atención, pero en las últimas horas se conoció un parte de tranquilidad parcial: varios de los afectados han mostrado signos de recuperación, lo que abre una ventana de esperanza frente a esta emergencia de salud que mantiene a la ciudadanía en alerta.
El toxicólogo Agustín Guerrero informó que seis de los diez pacientes que estaban en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) ya fueron trasladados a hospitalización general, mientras que otros tres, que permanecían bajo observación, recibirán el alta en los próximos días. De hecho, se espera que al menos tres de ellos puedan regresar a sus hogares este sábado.
Pese a estos avances, todavía cuatro personas continúan en estado delicado en la UCI. Guerrero explicó que uno de ellos ya presenta una evolución positiva, “un poco más controlado”, aunque la condición de la adulta mayor que permanece internada en el Nuevo Hospital de Barranquilla continúa siendo crítica. A la par, un hombre de edad avanzada ingresó este jueves a causa de la misma intoxicación.
Según el especialista, los procedimientos aplicados en estos casos son convencionales y consisten principalmente en la administración de etanol —“el alcohol del bueno”— como antídoto, además de otros tratamientos específicos dependiendo de la gravedad de cada paciente. Los intoxicados más comprometidos han desarrollado una acidosis metabólica severa, lo que complica su evolución clínica.
Guerrero advirtió que las secuelas más comunes de este tipo de intoxicación incluyen pérdida parcial o total de la visión, así como daños neurológicos y en el sistema nervioso central. En relación con la ceguera, indicó que aún es temprano para hacer una valoración completa, ya que algunos pacientes permanecen en coma. Sin embargo, aclaró que la persona que llegó con visión borrosa ha mostrado una mejoría progresiva.
El panorama continúa siendo complejo, pero los avances en la recuperación de varios de los afectados representan un alivio para sus familias y para el personal médico que ha trabajado sin descanso. Mientras tanto, las autoridades de salud insisten en reforzar la prevención y el control para evitar que este tipo de situaciones se repitan en la ciudad.