Pese a la complicada coyuntura fiscal que vive el país, los programas de transferencias monetarias del Gobierno de Gustavo Petro no sufrirán recortes. Así lo aseguró Mauricio Rodríguez, nuevo director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), en entrevista con Portafolio, donde fue claro en afirmar que hay respaldo financiero suficiente para cubrir estos apoyos durante el resto de 2025.
“Las transferencias están aseguradas. No hemos tenido ningún inconveniente con los flujos de caja y tampoco hemos recibido instrucciones de Hacienda de que haya alguna afectación”, señaló Rodríguez, quien además subrayó que la meta no es reducir, sino ampliar la cobertura de los programas sociales.
Desde su llegada al cargo a finales de junio, Rodríguez ha planteado una visión distinta sobre el papel del DPS. Su enfoque no se limita únicamente a la entrega de giros, sino que busca articular estos apoyos con estrategias de inversión productiva, economía popular y desarrollo territorial. En sus palabras, el DPS “no puede ser una máquina de hacer transferencias”, sino una herramienta clave para combatir la pobreza desde sus raíces.
Actualmente, Prosperidad Social es el organismo encargado de ejecutar el programa Renta Ciudadana, que brinda apoyos bimensuales de hasta $500.000 a hogares en situación de pobreza extrema o con jefatura femenina. Para este año, la proyección es llegar a más de 2,8 millones de hogares, sin desatender el desarrollo del pilar solidario del nuevo sistema pensional, diseñado para beneficiar a adultos mayores sin pensión.
A propósito de la incertidumbre generada por las medidas tomadas para enfrentar la crisis fiscal —como canjes de deuda, préstamos internacionales y compras masivas de TES—, Rodríguez envió un mensaje de confianza: “estamos trabajando en toda la planeación presupuestal para 2025-2026, y los recursos para programas sociales están contemplados”.
Asimismo, reiteró la disposición del DPS para asumir el papel que le corresponde en la implementación del componente solidario de la reforma pensional. “Estamos listos para asumir ese reto. Ya hemos sido parte del diseño técnico, y cuando entre en vigencia, el DPS tendrá toda la capacidad operativa y financiera para implementar ese componente”, sostuvo.
Uno de los mayores desafíos que se propone enfrentar la nueva dirección del DPS es dejar atrás el enfoque asistencialista del gasto social. Rodríguez considera que el Estado debe ofrecer herramientas que permitan a las personas salir de la pobreza de forma autosostenible. “El DPS tiene que cambiar. No puede seguir girando plata sin articularse con otras políticas públicas. Nuestro reto es que las personas salgan de la pobreza por medios sostenibles, no por una transferencia permanente”, explicó.
Para alcanzar ese objetivo, se está diseñando un modelo que combine apoyos condicionados, entrega de insumos productivos y capacitación para la asociatividad y gestión empresarial. Además, la entidad buscará trabajar de forma conjunta con otras instituciones como el Ministerio de Agricultura, el SENA y las administraciones locales, de forma que “las comunidades puedan generar ingresos propios”.