El ministro de Hacienda y Crédito Público, Ricardo Bonilla González, dijo que el país debe llegar a una ganadería ambientalmente sostenible porque esta no puede ser una cabeza de ganado por 1,5 hectáreas de tierra como actualmente ocurre.
“En otros países hay cuatro cabezas de ganado por hectárea. La regla fiscal verde significa que comencemos a mirar cómo podemos incorporar procesos de ese estilo de tal manera que podamos desarrollar proyectos de recuperación de las cuencas de agua y proyectos de recuperación de las selvas y proyectos para vender oxígeno para garantizar la sobrevivencia del planeta”, afirmó el funcionario.
ESTUDIO DE LA UNAL
Los sistemas silvopastoriles integran árboles, forraje y el pastoreo del ganado de una manera mutuamente beneficiosa, lo que no solo mejora la calidad y rapidez en la producción de carne y leche, sino que también ayuda a contrarrestar los gases de efecto invernadero generados por la ganadería extensiva tradicional. Así lo demostró un estudio de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) que analizó la producción de forraje de estos sistemas, instalados en distintas regiones del país por el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible.
“La ganadería extensiva es la actividad económica más común en el uso agropecuario del suelo en Colombia y es aquella que se lleva a cabo en terrenos grandes, habitualmente con monocultivo de pastos o gramíneas como forraje, como se conoce el alimento del ganando. Sin embargo este modelo tiene impactos negativos en los ecosistemas, genera acaparamiento de tierras, erosión, deforestación y contaminación de fuentes hídricas”, señala el mencionado estudio.
Agrega que: “Frente a esta problemática, el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible buscó mejorar la producción ganadera a través del trabajo amigable con el medioambiente, mediante el uso de sistemas silvopastoriles y la conservación de bosques nativos en las fincas colombianas. La iniciativa fue diseñada entre la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan), el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (Fundación Cipav), el Fondo para la Acción Ambiental y la Niñez (Fondo Acción), y The Nature Conservancy (TNC)”.
La investigación de la UNAL se realizó en 20 fincas de municipios como Pereira, Buga, San Juan del Cesar, San Diego, Codazzi, Valledupar, Luruaco, San Estanislao, Baranoa, San Martín y Cubarral (Meta), y en sitios de producción lechera como Duitama, Belén, Encino y Charalá, seleccionados por ser los más representativos en operar continuamente por 2 años y hacer un buen mantenimiento de los sistemas instalados por el proyecto de Ganadería Colombiana Sostenible.
“En estas fincas analizamos los rendimientos de las áreas cercadas no superiores a 5.000 m2, con variedad de arbustos para forraje y árboles nativos según cada región, y encontramos un aumento entre el 27 y 63 % en la oferta forrajera frente a los sistemas de árboles dispersos y el monocultivo”, detalló el investigador zootecnista Sebastián Montoya Uribe, magíster en Ciencias Agrarias con énfasis en Nutrición Bovina de la UNAL, quien evaluó los efectos de dicho proyecto nacional que instauró sistemas silvopastoriles en regiones ganaderas tradicionales como el Eje Cafetero, los valles de los ríos Cauca y Cesar, el Bajo Magdalena, la Orinoquia y las regiones lecheras de Boyacá y Santander.
Las mejoras fueron notables no solo en cantidad sino también en calidad, pues el consumo de proteína cruda aumentó hasta en un 148 % y el consumo de cenizas –que contiene minerales– hasta un 42 % en comparación con los sistemas de ganadería tradicional.